Brisbane, Australia. La madrugada de un sábado un tipo entró en una sex-shop e hizo sonar la alarma. La propietaria del local, Fiona Coldrick, se presentó allí para encontrarse una escena un tanto curiosa: un tipo vestido de mujer, con peluca y botas altas había entrado por el techo.
El ladrón, molesto por la interrupción, intentó defenderse de Fiona con los juguetes sexuales que tenía a mano mientras se abría paso hasta el techo. Fiona describió la escena como divertida, un adjetivo que se queda muy corto.
Una vez el tipo salió de la tienda por el tejado se encontró con la policía y fue arrestado.
Sólo espero que el tipo aprovechara la oportunidad para soltar una de esas frases que todos queremos decir pero nunca tenemos posibilidad de hacerlo: «tengo una porra. No me obligues a usarlo, ¡que estoy muy loco!.»