Está considerada como la segunda mejor canción del pop español. Esta es la canción que debería haber acabado con cualquier tipo de complejo que tuviera la música española. Un pelotazo a nivel internacional con la que Los Bravos demostraron que los grupos patrios de rock y pop podían triunfar más allá de los Pirineos. Eso sí, en la grabación original el único miembro del grupo que participó fue el cantante alemán Michael Kogel, rebautizado como Mike Kennedy. Y la leyenda cuenta que entre los músicos de sesión que participaron se encontraba el mismísmo Jimmy Page.