El sexto álbum en la carrera de Madonna, “Like a Prayer” fue sin duda un claro intento de superar etapas pasadas para entrar en una más asentada y madura, musicalmente hablando.
De hecho, la crítica lo consideró un punto de inflexión en su trayectoria donde la reina del pop dejaba de lado su época de sex-symbol.
El disco incluía temas como el que le dio título, y otros como “Cherish”, “Express yourself”, o “Dear Jessie”. Tras un año y medio sin sacar nada nuevo al mercado, el primer sencillo de este trabajo, “Like a prayer”, se alzó hasta los puestos más altos de las listas de ventas, a pesar o gracias al revuelo que armó en la época.