El estómago de Matthew Hogg destila alcohol desde hace casi veinte años. ¿Lo más sorprendente de todo? El joven estadounidense no bebe alcohol jamás.
Sufre una curiosa enfermedad rara, conocida como ‘síndrome de autodestilación’: un exceso de levadura en el intestino delgado origina alcohol que es absorbido por la sangre. Esto significa que cada vez que toma azúcar o hidratos de carbono los transforma en alcohol.
Este trastorno hace que Hogg, de 35 años, sufra prácticamente a diario los efectos de una borrachera, con su consecuente resaca.