CAROLINA SIMÓN VALENCIA TE RECOMIENDA QUE:
Comiences un nuevo día y depende de tu actitud se convertirá en un día maravilloso o en un
horror, uno de esos días en los que piensas que hubiera sido mejor no levantarse de la cama.
Para que esto no ocurra te damos 10 consejos claves:
1.- Levántate de la cama con una actitud positiva. El sueño tras la llamada del despertador es
un estímulo depresor que poco a poco va desapareciendo a medida que vamos despertando.
El cuerpo necesita al menos media hora para activarse de nuevo y estar lúcido. Dedica esa
media hora a las rutinas mañaneras (ducharse, desayunar, etc.) Cuando termines, tu cuerpo
ya ha despertado y es el momento de conversar con tu compañero de piso, pareja, padres,
etc. Antes supondría un gran esfuerzo y seguramente nos pondríamos de mal humor ante la
petición de otra persona o ante preguntas que no estamos en disposición de responder o de
analizar recién despertados. Media hora después ya podremos interactuar correctamente.
Esto también es un truco para comenzar la jornada de buen humor y no disgustado por la
primera discusión del día. Date un tiempo de reacción e informa a los demás de la necesidad
de tomártelo, así no habrá exigencias ni preguntas ni peticiones de buena mañana.
2.- Planificación. Si eres una persona muy ocupada y las tareas hace que tus días sean
agobiantes desde primera hora, un truco sería realizar un organigrama la noche anterior.
Dedica unos minutos a apuntar en un papel cual serán las tareas a realizar al día siguiente,
el tiempo que necesitarás y el orden en que las realizarás. Utiliza tu agenda para consultar y
apuntar. Recuerda que tendrás que mezclar tareas laborales y académicas con otras facetas
(compras, médicos, etc.) Si dedicas ese tiempo a organizar el día siguiente, cuando te levantes
por la mañana será un trabajo anticipado y sólo tendrás que releer el listado de tareas y
seguirlo tal cual a lo largo del día. Así evitas agobios y prisas innecesarias. Recuerda que no
siempre todo sale según lo previsto, tendrás que tener capacidad para reorganizarte sobre
la marcha. También tu mente queda liberada, al no tener que retener información y temas
pendientes, el estrés que provoca el miedo a olvidarte es contraproducente y te arruinará
el día. Vistazos de vez en cuando a las tareas pendientes te harán estar más tranquila y
organizada.
3.-Mucha calma. Levántate unos minutos antes para que tu aseo personal y el desayuno no
sea una carrera de obstáculos, esto también ayudará a estar más estresada el resto del día.
Si llegas tarde y te duchas corriendo y no desayunas, tu cuerpo responderá de mala gana y
le estarás pidiendo que use una energía que no tiene. Al comenzar el día el cuerpo necesita
reponerse debido al desgaste del sueño, lleva muchas horas sin comer y para reactivarse
necesitará nutrientes y vitaminas. Ya sea en casa o al llegar al trabajo necesitas desayunar bien
para poder continuar en positivo. Si no lo haces, la falta de azúcares y nutrientes harán que tu
estado de ánimo decaiga ante cualquier contratiempo.
4.- Alégrate de la rutina diaria, eres una privilegiada por poder tener esto que repites todas
las mañanas. Es muy fácil que te aburras de hacer lo mismo de lunes a viernes y que levantarte
suponga un esfuerzo enorme. Seguramente que tus pensamientos al acostarte y al levantarte
al día siguiente son negativos, tipo: “mañana a madrugar”, “estoy harto”, “que sueño tengo”,
“cada día lo llevo peor”, etc. Recuerda que los pensamientos pueden hacer que tu estado de
ánimo varíe. Esfuérzate por cambiar estos pensamientos y repetir todos los días pensamientos
en positivo del tipo: “Que bien que tengo trabajo”, “soy un privilegiado por ello”, “levantarme
cada día indica que estoy vivo y activo”, “el sábado iré a nadar y al cine”, “ a mediodía comeré
con mi amiga”, etc.
5.- Llega a tu lugar de trabajo con una actitud positiva. Saluda a los compañeros y deséales un
buen día. Poneros al día de los últimos acontecimientos del fin de semana o del día anterior.
Aprender a reíros de vosotros mismos, de discusiones con superiores, etc. Contaros lo que
hicisteis ayer por la tarde, la película que visteis en el cine o la conversación que tuvisteis
con un amigo, es una forma de intimar con los demás y de comenzar el día más tranquilo, sin
obsesionarte por las tareas pendientes. Haced planes para el resto del día, sobre con quien
comeréis , a qué restaurante iréis, etc. Si tenéis más cosas en común a parte del trabajo la
jornada laboral será más llevadera.
Cuando nos sentimos guapos nuestro estado de ánimo también es más positivo. Dedica unos
minutos la noche anterior a preparar la ropa que te pondrás.
6.- Dedica tiempo a arrgelarte tranquilamente. Intenta dedicar unos minutos a tu aspecto
físico. Si te arreglas a tu estilo, estarás más segura y más confiada. Cuando nos sentimos
guapos nuestro estado de ánimo también es más positivo. Dedica unos minutos la noche
anterior a preparar la ropa que te pondrás. Elige cosas que te sienten bien y ocúpate de
que tu vestuario se pueda combinar de tal manera que la mayoría de las cosas te gusten. Si
sales guapa por la mañana, el resto del día te sentirás bien. Si sales desaliñada o sin arreglar,
cualquier incidente puede ayudar a que negativices la jornada. Utiliza algo que te haga sentir
bien: tu perfume favorito, la falda nueva, los pendientes que te regalaron, intenta salir de la
rutina y combinar cosas nuevas cada día.
7.- Fórmulas para levantar el ánimo. Si crees que tienes tendencia a la negatividad y los días
se te hacen cuesta arriba, tendrás que utilizar alguna estrategia que te ayude a sentirte mejor.
Cuando te levantas puedes utilizar dos fórmulas muy distintas. Puedes repetir la siguiente
frase: “A ver qué tal se me da hoy el día”. Esta frase incluye algo de negatividad y duda ya que
pones en entredicho que se te pueda dar bien. Desde el principio del día apuestas porque
algo saldrá mal, lo estás esperando e inconscientemente ocurrirá algo que tú interpretarás
como negativo. Sin embargo, si utilizas la frase “Hoy es un buen día” resultará más tajante y
mucho más segura. Das por hecho que será un buen día y no lo dudas ni un momento. Todo
lo que te ocurra ayudará a ratificar esta idea. Si utilizas la primera frase también intentarás
ratificarla y como es negativa, siempre encontrarás algo que la justifique. Repite todos los días
al levantarte “Hoy es un buen día”.
8.- Soluciona los problemas. Cuando existen problemas de algún tipo, ya sea laboral, familiar,
social, etc., el hecho de comenzar un nuevo día nos hace sentirnos mal. Lo principal es que
soluciones el problema lo antes posible. Lo mejor que puedes hacer al levantarte es decirte
“Hoy voy a hacer… para solucionar mi problema”. Es una forma de estimularte en positivo, ya
que tienes la posibilidad de conseguirlo. Hazte cada día el propósito nuevo de hacer algo para
resolver el problema, así no tendrás la sensación de pasividad y tendrás más posibilidades de
que dicho problema se solucione. Evita frases del día “Otra vez a discutir con el jefe”, “Otra
vez tengo que verle la cara a…”, etc. Sólo ven la parte negativa y no solucionan el problema,
además te ayudarán a estar más desanimado.
9.- Repite todos los días al levantarte cuales son tus puntos fuertes como persona. Es
importante que los tengas presentes y que los refuerces cada día. Ten en cuenta que ante un
problema o un mal día es muy fácil que lo veas todo negativo y que no valores tus capacidades
para resolverlo. Si te repites a menudo tus cualidades estarás más seguro de ti mismo y los
problemas se te harán más llevaderos.
10.- Despídete de las personas que comparten casa contigo y deséales una buena jornada.
El vínculo familiar es muy importante y la falta de comunicación a menudo empeora el estado
de ánimo entre sus miembros. Mantente cordial con todos y despídete de manera cariñosa. Es
una forma de mantener latente el apoyo que tienes en ellos cada día y te ayudará su recuerdo
en momentos difíciles.